domingo, 20 de julio de 2014

Exilio




En el exilio
Cae una mañana,
Todo cae
Una tarde una noche
Me contemplo en los exilios te contemplo
En las distancias
Saber que estamos en permanente exilio me angustia
Un irse en tu ojos,
Dejando vacíos los míos de tus miradas. De tus logros
Los brazos siempre caen al costado del cuerpo, son solos,
exiliados
No tocan otros brazos, cuelgan
Las manos no acarician otras manos
Son solas, se van siempre
En espacios huecos
Tu silencio es misa
Tus manos sobre la virgen buscan la esperanza
Tocar la vida dejar el silencio a la exiliada.
Los pasos los ojos
En la calle mi distancia es la tuya
Mis huesitos
Mis pajaritos
Mi alondra de piso
Siempre en el piso, en el espacio ese que nos separa
Indestructible, como el pentagrama y las notas
a las alegrías
a las miradas
Los barcos nuestros de la exiliada
Ese hueco que te dilata
Esas sombras que caen siempre
Me desconsuelan por las noches
Noches de espacios infinitos
Unos hondos huecos de plumas
De ojos de gatos
De mi exilio
Nuestro exilio
De tus ojos que me esquivan
Evitan tus manos
No digo de tus besos que invento
La distancia, esta alegoría
Este hueco de vida
Esta boca con hambre
Este pucho
El humo del exilio
Se va dibujando coletas
La maestra se fue en el exilio
Las aves se marcharon al exilio
Nuestros ojos
La mirada
La casa permanente en el exilio
Te ves en el espacio inexplicable del exilio.
La distancia que permanece
Lejos de tus besos y de todo
Tu silencio de misa sepulcral
De tu exilio solo te cubre la madre santa
Cuando te abraza o cuando la tocas arrodillada un domingo
Apiádate de mí
Dame una estadía permanente  
Esa de la  que nunca debí haber salido
A este exilio sepulcral de mis huesos.

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