La madre selva me mostró la roca
(El río, es la dulce espera)
Unas manos cayeron sobre mí
En unos besos que se mojan, junto a unos labios míos
En unos amaneceres- terrenales
Donde el cielo está bien presente.
Donde se haya el vuelo, el camino
abierto, al viento que me acoge
Al néctar que me enviste
Recuerdo mi niñez
Recuerdo mi nacimiento
Recuerdo a un Dios que me dejó partir a cabalgar los campos
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